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La Universidad de Málaga
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José María Smith Agreda y Antonio Pérez de la Cruz

La vida universitaria malagueña ha estado unida históricamente al Distrito universitario de Granada, destino al que se dirigían la mayoría de los jóvenes que podían acceder a los estudios superiores. 

Aunque los intentos de traer aquí los estudios universitarios se remontaban al siglo XVI, no llegarían a materializarse hasta la década de los 60 del siglo XX.

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Interior de la Biblioteca General

La creación de la Universidad de Málaga fue un proceso complejo en el que incidieron una serie de circunstancias históricas, culturales, políticas y sociales. Históricamente, el movimiento en favor de la Universidad de Málaga se enmarca dentro de la etapa de fuerte desarrollo económico, y cierta liberalización y tolerancia del franquismo, en la década de los 60. Málaga tuvo un destacado protagonismo en el despegue turístico español, lo cual puso en evidencia ante determinados sectores ciudadanos y políticos locales su atraso y marginación por el poder central respecto a otras provincias españolas en otros aspectos del desarrollo económico y social. Los cambios sociales, que fortalecieron a las clases medias, y revalorizaron la enseñanza como factor de movilidad social, contribuyeron a realzar el proyecto universitario malagueño. Como señala acertadamente Emilio Ortega, el régimen trataba de satisfacer los deseos de las familias malagueñas imposibilitadas de enviar a sus hijos fuera de Málaga y, de paso, desmasificar las mayores y más conflictivas universidades españolas. 

El proceso de creación de la Universidad duró nueve años y pasó por tres momentos: la creación de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Comerciales (1963), la creación del Colegio Universitario (1970), ambos dependientes todavía de la Universidad de Granada, y, finalmente, la creación de la Universidad de Málaga (1972).

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Manifestación en agradecimiento a Franco

Iniciativas y primeros logros 

Las iniciativas políticas arrancaron en 1961 con la solicitud del Consejo Económico Sindical Provincial de la concesión de Facultades de Biología, Ciencias, Matemáticas, Filología Moderna, Pedagogía, y de una Escuela de Ingenieros de Caminos, a la que se uniría también otra del Consejo Provincial de Trabajadores. 

En 1963, el Gobernador civil Antonio García Rodríguez Acosta hizo la petición al Gobierno que se redujo a demandar una Facultad de Económicas. La concesión final de la misma a Málaga tuvo en el rector granadino Emilio Muñoz Fernández un defensor clave ante la pretensión de la Universidad de Sevilla y de la propia Granada de reclamarla para sí. La primera tesis de la Facultad fue la de Carlos Monter, y la primera de uno de sus licenciados, la de José María Otero. 

Económicas fue un catalizador para el resto de las demandas, renovadas ante el criterio del Gobierno de crear nuevos centros universitarios en otras provincias españolas. Como la controlada participación política en el franquismo se canalizaba a través de los representantes familiares, Francisco de la Torre Acosta encabezó el 27 de Mayo de 1968 una visita de padres de familia al Gobierno Civil para explicar las aspiraciones que consideraban justas para la provincia. De esa iniciativa partió la idea de crear un instrumento ciudadano para "fomentar, promover, recoger y aunar todas aquellas iniciativas que de alguna forma tendiesen a la consecución de la Universidad para Málaga": la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga, cuyo primer presidente fue José Luis Alonso.

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Antonio Díez de los Ríos 

Una serie de bien fundamentadas razones demográficas, económicas, sociales y culturales constituyeron la base argumental que las instituciones del momento, y la Asociación, esgrimió para reclamar la Universidad. 100 procuradores en Cortes explicaban en un ruego al gobierno que pese a su desarrollo reciente, "la provincia es pobre", los problemas sociales eran graves, los malagueños emigraban por ello, y los numerosos visitantes extranjeros iban a llevarse en Málaga una "pobre visión de España". La prensa y la radio dieron la cobertura necesaria a las demandas institucionales, aprovechando el nuevo clima informativo abierto con la Ley Fraga de 1966. 

El Colegio Universitario y la Universidad 

El ministro de Educación, Villar Palasí, rechazó los argumentos, pero el proceso siguió adelante con la creación del Colegio Universitario en 1970, cuyo primer Decano fue el catedrático granadino Fidel Jorge López Aparicio, de la misma manera que fue la Universidad de Granada la principal proveedora del profesorado, junto a algunos profesionales malagueños. 

Mientras tanto, la Asociación había ganado en carácter político con el nombramiento del procurador Luis Peralta España como presidente en 1968. En 1970, además, se produjo un cambio de autoridades con la llegada de Víctor Arroyo al Gobierno Civil, Cayetano Utrera al Ayuntamiento, y en 1971, de Francisco de la Torre Prados, a la presidencia de la Diputación, con sólo 28 años. En este año se incluye la Universidad de Málaga en el III Plan de Desarrollo, y se organiza una manifestación de celebración y agradecimiento al Gobierno y a Franco -formada en su mayoría por jóvenes estudiantes- que recorrió las calles de la ciudad un lluvioso día 6 de noviembre y a la que se dirigieron las autoridades desde el balcón de la Aduana. 

Una institución inquieta 

La Universidad de Málaga nacía en una coyuntura histórica difícil para España, que coincidía además -mayo del 68- con la crisis universitaria europea y norteamericana. Además pese a la generosidad de las instituciones -Ayuntamiento y Diputación-, la parquedad de las ayudas estatales ocasionó graves carencias en infraestructura que muy pronto se unieron a los problemas de un profesorado mayoritariamente joven y laboralmente inestable. A ello se añadió la rápida penetración de las ideas y organizaciones democráticas y de izquierdas en un medio abierto y crítico que se convirtió, junto al movimiento obrero, en el principal ariete contra el régimen de Franco en la ciudad, de manera que, en muy poco tiempo, los centros universitarios malagueños fueron escenario de conflictos. Como en el resto de España, también en Málaga lo que había nacido bajo el patrocinio institucional se acabó yendo de las manos. El control de las aulas por la policía política o las detenciones de universitarios no pudieron parar la pérdida de la juventud universitaria por el régimen. La política se refugió allí donde mayores márgenes de libertad existían y la institución se resentiría académicamente de ello durante los años de la transición. 

Los rectores 

Desde su creación, la Universidad ha experimentado un rapidísimo crecimiento humano y material, y ha ido consolidándose también desde el punto de vista institucional y jurídico. Los primeros rectores, Antonio Gallego Morell y José María Smith Agreda, presidieron una Comisión Gestora que se hizo cargo del gobierno universitario. Más adelante, el propio José María Smith sería el primer rector elegido de la Universidad. Le siguieron en el cargo Antonio Pérez de la Cruz Blanco (1980-1984) y José María Martín Delgado (1984-1994), bajo cuyo mandato se elaboraron los primeros Estatutos de la Universidad, vigentes en la actualidad, que instituían el Claustro como órgano legislativo elegido democráticamente por los tres estamentos universitarios, profesores, personal de administración y servicios y estudiantes. En 1994 inició su mandato Antonio Díez de los Ríos, siendo reelegido en 1998. Barcelona.

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