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De un buen golpe
De un buen golpe
NOVELA

De un buen golpe

El último libro de Félix Bayón es una aportación de notable interés a la novela negra española, donde no dejan de emerger figuras muy interesantes

TEODORO LEÓN GROSS

Viernes, 17 de marzo 2006, 01:00

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NO ha sido habitual en la novela negra española acertar a definir un personaje con la entidad y el recorrido del ex periodista Luis León -durante estos últimos años ha tenido mejor fortuna la novela policiaca, caso de los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro en la serie de Lorenzo Silva o la policía Petra Delicado de Alicia Giménez-Bartlett- pero Félix Bayón ha sabido conferirle el carácter moral del perdedor que conviene al género (se convierte en detective después de renunciar a su profesión por principios) pero sin excluir la laxitud ética característica de éste (incurre en intrusismo profesional ya que sólo accede a un título de guardia jurado), y el añadido de valores generacionales coherentes a una edad tardía así como el necesario fracaso familiar aunque no afectivo, aspecto que lo aproxima a otras referencias como el superintendente Michael Ohayon de la israelí Batya Gur y en algún sentido el inspector Wallander del sueco Henning Mankell, aunque quizá su mayor semejanza esté en el detective Gerhard Selb, de la estupenda serie del juez alemán Bernhard Schlink.

Y además Félix Bayón acierta a identificar Marbella como ecosistema literario y mapa moral, aunque no aquella Marbella mítica de los cincuenta sino la localidad de las grúas y las corrupciones del postgilismo, un microcosmos de contrastes brutales rescatado de la caricatura de los titulares. Con 'De un mal golpe', Félix Bayón anuncia una serie de éxito literario.

Influencia del cine

La novela negra europea, al margen de las derivaciones hacia otros subgéneros de influencia cinematográfica -caso de 'Huye rápido, vete lejos' de la francesa Fred Vargas, donde aflora el sincretismo urbano y la tendencia al 'serial killer'- parece haber renunciado definitivamente a la tradición británica de las tramas enigmáticas heredadas de Conan Doyle o Agatha Christie, y en buena medida ha evolucionado entre el carácter social de la novela negra estadounidense (bajo la sombra alargada de Hammett y Chandler) y la escuela simenoniana, en la que la observación del personaje se impone a la trama misma.

La novela de Félix Bayón se sitúa entre esas dos genealogías, con ciertas semejanzas al sicialiano Andrea Camilleri, autor de la espléndida serie del comisario Montalbano donde la trama siempre es una coartada para hacer un retrato esquemático pero quirúrgicamente certero de la realidad.

Coherente con lo anterior

En ambos autores hay una brevedad característica en su concepción del género, coherentemente con sus obras anteriores, y con ciertos factores vitalistas, en especial gastronómicos, que a veces se ha considerado una seña de identidad de la novela latina (extendiendo ésta al Fabio Montale de Jean Claude Izzo e incluso al tan veneciano comisario Brunetti de Donna Leon).

Desde luego 'De un mal golpe' constituye una aportación de notable interés en la novela negra española, donde no dejan de emerger figuras interesantes, caso de Eugenio Fuentes con 'Las manos del pianista' o Juan Aparicio Belmonte con 'Mala suerte', pero se ha perdido el fuelle de la generación de culto en torno a Manuel Vázquez Montalbán (Andreu Martín, Juan Madrid, seguramente Jaume Fuster y quizá Francisco González Ledesma) generación que no sólo hizo el corte con los precedentes de Mario Lacruz y su imprescindible 'El inocente', García Pavón con la serie Plinio o el primer Tomás Salvador sino que además sepultó la otra novela negra/periodística de los 70 y 80 (Martínez Laínez, Lourdes Ortiz con su magnífica 'Picadura mortal', Julián Ibáñez) generando un efecto de descomprensión seguido de la sensación de vacío.

Nadie después ha tenido esa capacidad referencial. Más allá de la obsesión por dar con las claves de las superventas populares al modo de los 'best-sellers' traducidos, ese santo grial que conduce a Patricia Cornwell o a Michael Connolly, la novela negra goza de una estupenda mala salud, o una dudosa buena salud.

Una serie prometedora

En definitiva hacen falta series capaces no de renovar el género, uno de esos empeños perversos que a menudo hacen naufragar estas novelas, sino la biblioteca. Y la serie de Luis León de Félix Bayón resulta sugestivamente prometedora. No es un escritor de oficio sino probado talento, capaz de evitar cualquier tentación de elevarle el registro al género.

Y su primera galería de secundarios, debilidad endémica del género en España, resulta estimulante evitando el abuso de los constructores corruptos y acogiéndose a figuras como el cosmopolita Pepe Smtih o el viejo abogado Leandro Marismillas. Todo en el libro invita a esperar la segunda entrega.

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