Un equipo malagueño
identifica un gen que predispone a la adicción a
la cocaína
TEXTO: EUROPA PRESS
Una variación genética predispone a los humanos
a la adicción a la cocaína, según un estudio en
el que han participado Ainhoa Bilbao y Fernando
Rodríguez de Fonseca de la Fundación Imabis de
Málaga. El trabajo se publica esta semana en la
edición digital de la revista 'Proceedings of
the National Academy of Sciences'.
El descubrimiento fue realizado mediante
experimentos en ratones que muestran que la
versión en ratones de un gen es un factor
importante para calibrar la respuesta del animal
a la cocaína. Según Fernando Rodríguez de
Fonseca, «la identificación de este gen es un
primer paso para encontrar los genes de la
vulnerabilidad a la cocaína, y poder así
entender y prevenir el impacto que esta droga
tiene en poblaciones susceptibles. Dado que la
ausencia de este gen incrementa la sensibilidad
a este psicoestimulante, podemos considerarla
como un gen protector contra la cocaína».
Para el investigador, el estudio de los
mecanismos de actuación de este gen «nos
permitirá conocer más piezas moleculares de los
efectos de la cocaína y desarrollar herramientas
diagnosticas y terapéuticas contra una adicción
para cuyo tratamiento apenas se dispone de
herramientas especiales».
Mecanismo diferente
El gen, llamado CAMK4 en humanos, codifica una
enzima cuya principal función es modificar un
factor de transcripción del ADN común. Sin
embargo, los investigadores descubrieron que la
versión en ratones de CAMK4 ejerce su efecto
sobre la adicción mediante un mecanismo
diferente.
Durante el trabajo, dirigido por el
hispano-polaco de origen gallego Jan Rodríguez
Partkina del Centro de Investigación del Cáncer
Alemán, los científicos desarrollaron cepas de
ratones en los que CAMK4 y otros genes estaban
inactivos. En comparación con los controles, los
ratones en los que estaba desactivado el gen se
volvían adictos a la cocaína más rápido y se
veían afectados de forma más severa, lo que se
definió con experimentos que evaluaban la
preferencia del animal por áreas en las que
había sido inyectado con la droga.
Los investigadores señalan que el efecto es
recesivo, lo que significa que una persona
podría necesitar poseer dos copias de esta
variación genética. Los estudios en animales y
humanos podrían suponer un punto de partida
contra la adicción.
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