Dejar de fumar, comer
menos y hacer ejercicio. He aquí los
tres propósitos de enmienda básicos con
que muchos estrenamos cada mes de enero
para dejar de ser candidatos al
colesterol y la hipertensión, entre
otros males de la vida sedentaria. Los
gimnasios se llenan y las pastelerías se
ven menos concurridas. Muchas veces por
una preocupación estética más que por la
salud. 'Operación bikini' lo llaman
algunas chicas. Pero en cualquier caso
hay voluntad de estar en forma. ¿Se
cumplen tales propósitos? ¿Están en
forma los españoles? Para dar respuesta
a estas preguntas, la Universidad
alemana de Kiel realiza en España un
estudio que analizará la condición
física de los españoles que
habitualmente no hacen deporte para
compararla con la de otros países.
La idea partió hace tres años del
investigador Rüdiger Jäger, de la
Universidad de Medicina Deportiva de
Kiel. El proyecto, que cuenta con el
patrocinio de la Asociación de Fitnes y
Salud Europea Gup, ya se ha llevado a
cabo en Alemania, Italia, Austria y
Francia, entre otros países de la Unión
Europea. El experimento consiste en
analizar a un grupo de sedentarios
mientras practica una actividad
deportiva durante un mes.
«El objetivo del estudio es evaluar los
beneficios para la salud que el
ejercicio tiene en personas sin hábito
de entrenar», explica Francisco José
Ruiz Vegas, director del centro
deportivo Spa La Vega de Torre del Mar,
una de las localidades elegidas por la
citada universidad para su estudio en
España.
Y qué mejor mes que enero para poner en
marcha el proyecto. El análisis, que
tiene una duración de un mes, dio
comienzo el pasado día 15 y ya hay 87
plazas cubiertas del centenar previstas.
Francisco Ruiz subraya la gran acogida
de la propuesta científica, pese a que
cada inscrito deberá abonar 20 euros. Un
precio simbólico, en opinión del
director del centro torreño, si al final
cada uno se ve mejor que cuando llegó.
La edad media de los inscritos ronda los
40 años (los hay desde 25 a más de 70) y
la proporción de hombres es algo mayor a
la de mujeres. «Muchos tienen problemas
musculares o rozan la hipertensión»,
dice Francisco Ruiz, quien aclara que a
las personas con alguna patología se le
ha exigido una autorización médica para
realizar el ensayo.
Este comienza con una toma de datos
común a todos: Medidas, peso,
porcentajes de grasa y masa corporal,
presión sanguínea y frecuencia cardíaca
(pulso en reposo y tras la actividad
física), entre otros. En definitiva,
averiguar qué tal andan de forma física
las personas inscritas en el proyecto.
Tomados los datos, los monitores del
centro torreño personalizarán cada
ejercicio de los inscritos y además, en
función de los citados parámetros
físicos, darán algunos consejos
saludables sobre hábitos alimenticios.
Ruiz explica que en general se trata de
un entrenamiento cardiovascular, con
ejercicios en bicicleta estática, cinta
andadora y escalera elíptica, entre
otros aparatos gimnásticos. También son
fundamentales los estiramientos
musculares.
Dos veces por semana el grupo
seleccionado acude al gimnasio bajo la
supervisión minuciosa de los monitores.
«Están encantados, muchos nunca habían
hecho ningún tipo de ejercicio», explica
Ruiz.
Evaluación
Concluido el mes volverá la evaluación
de los parámetros físicos de cada uno.
Ruiz sostiene que finalizado el
experimento algunos percibirán tales
beneficios que incluso podrían reducir
sus dosis de medicamentos. «Siempre bajo
prescripción médica», advierte el
director del centro.
Los datos que se obtengan de la
investigación se enviarán a la
Universidad de Kiel para su evaluación
comparativa. Sabremos entonces en qué
nivel de forma física están los
españoles sedentarios respecto a los
alemanes o italianos. Pero lo más
importante, en opinión de Ruiz, es que
una vez que hayan comprobado cómo han
mejorado su movilidad y su agilidad,
estas personas no abandonen nunca el
ejercicio físico. «Será la mejor
conclusión de este innovador
experimento».