‘E-books’, ‘e-libros’,
‘libros-e’ o libros electrónicos. Las
cuatro expresiones quieren decir lo
mismo y, dentro de poco, los ávidos
lectores se van a tener que acostumbrar
a estos nuevos conceptos. Porque el
futuro del actual libro de papel tiene
los días contados. Las páginas pasarán a
bytes porque los libros se descargaran
en unos aparatos electrónicos, similares
a una agenda electrónica.
Estos nuevos soportes avanzan a una
velocidad de vértigo. Sólo para este
año, hay previsto el lanzamiento de unos
quince modelos. Ante esta avalancha, los
editores y las empresas de las nuevas
tecnologías han hecho sus cálculos.
Consideran que el 50% de los libros que
se venderán dentro de seis años serán en
este nuevo soporte, lo que puede
resultar un gran quebranto para las
librerías tradicionales.
Este año, sólo el 5% de los títulos
publicados estarán en formato digital;
en 2013 será el 50% y dos años más
tarde, el catálogo completo. A partir de
entonces, el cliente decidirá.
El objetivo es volver a las prácticas
del siglo XIX, cuando los editores eran
a la vez libreros: tiraban bajo demanda
y promocionaban a sus escritores. Dos
centurias después, podrán recuperar
márgenes de beneficios al tener menos
gastos en imprenta y distribución.
«Ahora mismo, un libro de unas 450
páginas lo vendemos a 7,5 euros en la
Red. En papel, costaría más de 20.
Nosotros cobramos por el tamaño del
archivo», comentó Jorge Ruiz,
responsable de Equipo Sirius, una
editorial dedicada a textos científicos
y divulgativos.
Estas empresas monotemáticas, explicó
Ruiz en un foro sobre los ‘e-libros’,
son las que más favorecidas se verán con
la implantación de la tecnología. Podrán
ajustar mucho más sus tiradas y sacar
más beneficios, ya que en su mayoría
también gestionan los derechos de los
autores. En páginas como Amazon, por
ejemplo, la venta de títulos
electrónicos especializados ha
aumentado.
Sin embargo, uno de los principales
problemas, además de la piratería, son
los recelos de las grandes editoriales
para digitalizar sus obras. Esta
situación se debe a la negociación por
los derechos de los autores. Ahora, los
escritores ceden sus obras a las
empresas para que los exploten
comercialmente en formato papel; si
quieren hacer lo mismo en formato
digital, tendrán que pagar más a los
escritores. Esto ya ocurre en Estados
Unidos, donde los ‘bestsellers’ de papel
y digital coinciden.
Un mercado más amplio
Esta ampliación del mercado supondrá
también un cambio a la hora de escribir
y de encarar al cliente. Pero quien
sufrirá más la era digital será el
librero tradicional. «Hay que hacer un
trabajo de alfabetización para acabar
con este desconocimiento», apuntó Jaime
Iván Hurtado.
Este experto colombiano abogó porque las
librerías se preparen para la
cohabitación y estén dispuestas a vender
de las dos formas. Además, los
participantes en el foro que se celebra
estos días sobre los libros electrónicos
están convencidos de que el número de
lectores no se verá afectado. «Creo que
habrá un trasvase e incluso que se
captarán nuevos lectores», vaticinó
Ruiz.
EL LIBRO ELECTRÓNICO
Progresión: En la actualidad,
sólo el 5% de los títulos se publica en
formato electrónico, un porcentaje que
llegará al 50% en 2013 y que alcanzará
todo el catálogo editorial en 2015.
‘On line’: En portales como
Amazon ha aumentado de manera
significativa la venta de libros
electrónicos.
Peligros: El sector desconfía,
sobre todo, de las copias piratas.
Los autores: Los escritores
suelen recibir más remuneraciones con el
formato digital.