Uno de cada tres cánceres de mama
diagnosticados y tratados en mujeres
sometidas a mamografías dentro de
programas públicos de salud es
potencialmente inofensivo, según revela
un estudio publicado ayer en ‘British
Medical Journal’.
La investigación, que analizó datos de
programas estatales de control de ese
cáncer en el Reino Unido, Canadá,
Australia, Suecia y Noruega, advierte
del riesgo de un exceso de diagnóstico,
aunque reconoce que, como es imposible
diferenciar entre un cáncer letal y otro
que no lo es, todos se tratan por
precaución.
Se entiende por exceso de diagnóstico la
detección, mediante la tecnología, de
cánceres inofensivos que no causarán
síntomas en la paciente ni muerte
prematura, sea porque el tumor crece tan
despacio que la persona fallece de otras
causas antes de aparecer los síntomas o
porque se mantiene durmiente o incluso
retrocede.
Más precisos
Karsten Jorgensen y Peter Gotzsche, del
Nordic Cochrane Centre, y otros expertos
señalan que, ante las dudas sobre su
peligrosidad, se tratan todos los
cánceres, pero instan al mundo académico
a intentar establecer «umbrales» para
hacer diagnósticos más precisos.
Por ejemplo –sugiere H. Gilbert Welch en
un artículo complementario–, se podría
recomendar la biopsia sólo para masas
mamarias mayores de un cierto tamaño, en
un experimento aleatorio.
Para determinar la proporción de exceso
de diagnóstico, Jorgensen y Gotzsche
analizaron las estadísticas de
incidencia del cáncer antes y después de
introducir programas públicos de control
mamográfico en los países mencionados, y
hallaron que su implantación coincidía
con un aumento de los diagnósticos.