Existe una asociación casi universal de
la derecha con la vida, lo correcto y lo
positivo, y de la izquierda con la
muerte, lo inadecuado y lo malo. Esta
tendencia es fruto tanto de patrones
culturales y lingüísticos como de
nuestra propia experiencia motora. Así,
los diestros tienden a situar los
objetos más importantes para sus tareas
manuales a la derecha, ya que les
resulta más fácil interactuar con lo que
está en este lado.
La cultura toma este
particular rasgo motor y lo transforma
en dogma, de manera que, por ejemplo, en
una mesa siempre solemos situar a
nuestra persona de confianza a la
derecha. Pero, ¿cómo les afecta esto a
los zurdos? Esto es lo que ha querido
averiguar el investigador de la
Universidad de Granada Julio Santiago,
quien ha demostrado que estas personas
se disocian de esta influencia cultural
y eligen una relación inversa.
Esta asociación de la derecha con lo
agradable y la izquierda con lo
desagradable existe desde hace miles de
años, cuando los pueblos que habitaban
en el Hemisferio Norte concebían la
salida del Sol como el nacimiento, su
puesta como la muerte y el trayecto
entre ambos como la vida.
El experto añade que este dominio se
extiende hasta el lenguaje, donde por
ejemplo la palabra 'derecho' designa al
conjunto de leyes que apuestan por la
igualdad y la justicia, mientras que el
término 'siniestro' deriva de 'sinister',
izquierda en latín.
Julio Santiago ha realizado una revisión
bibliográfica sobre todo el trabajo
científico relacionado con este tema y
ha publicado recientemente un artículo
en 'Ciencia Cognitiva: Revista
Electrónica de Divulgación'. El motivo
de su trabajo es valorar cómo esta
tendencia afecta a las personas zurdas,
quienes, según el profesor, tienden a
relacionar la izquierda con lo bueno y
lo agradable y la derecha con lo malo, o
sea, al contrario que los demás.
El investigador subraya: «Todas las
personas zurdas experimentan muy a
menudo la sensación de haber nacido en
un mundo equivocado». El manillar de una
bici, los instrumentos musicales, las
tijeras... todo ha sido diseñado para
diestros.
Obligados a adaptarse
Por eso se ven obligadas a adaptarse a
estos usos y desarrollan su mano diestra
al máximo. Santiago detalla que estos
casos son muy interesantes porque
demuestran que la diferencia entre la
habilidad motora de la mano dominante
con la no dominante existe, pero está
lejos de ser grande. De manera que si
los diestros no somos más habilidosos
con la mano izquierda es sencillamente
porque no tenemos esa necesidad.
En su artículo, el experto recuerda cómo
derecha e izquierda se asocian
respectivamente con lo aristocrático y
el pueblo llano, lo masculino y lo
femenino, lo sagrado y lo profano, lo
bueno y lo malo. Y detalla cómo la
experiencia sensorio-motora, en el caso
de los zurdos, es capaz de superar esta
tendencia y ejercer una poderosa
influencia sobre lo conceptual.