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Demasiado rápido

El problema del cambio climático es la velocidad a la que se produce, lo que puede provocar que especies no se adapten y mueran. Una conferencia explica hoy el proceso

LAURA P. TORRES

Todo el mundo ha oído hablar del cambio climático o el efecto invernadero, pero pocos realmente saben por qué la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera es negativa, o en qué afecta la tala de árboles al incremento de la temperatura global.

En este sentido, María Segovia Azcorra, profesora del Departamento de Ecología de la Universidad de Málaga (UMA), que imparte esta tarde una conferencia sobre este tema, explica que «el cambio climático ha existido siempre, pero el problema actual es que la acción del hombre lo está modificando muy rápido, estamos creando una de las mayores catástrofes debido a las emisiones masivas de dióxido de carbono y la desaparición de la capa de ozono». Así, «las especies no están evolucionando ya que el 50% de las plantas y el 30% de las animales están en peligro de extinción, y si una especie no evoluciona, muere», apostilla.

Formación del clima

En cuanto a la formación del clima, la científica señala que «existen factores externos, que no podemos controlar, e internos, como la actividad del propio ser humano». Entre los factores internos, se encuentra la atmósfera, el océano y la biosfera, «los tres elementos deben estar interrelacionados y en equilibrio», explica Segovia quien hace especial hincapié en que el dióxido de carbono es bueno para la atmósfera ya que absorbe la radiación ultravioleta, «si no hubiera, el planeta estaría helado y seguramente no habría vida». El problema llega cuando hay CO2 en exceso, ya que absorbe más radiación (más calor), y por lo tanto, la atmósfera incrementa su temperatura.

Otro factor que se relaciona con el aumento del dióxido de carbono es la parte de la biosfera (conjunto de seres vivos) que se encarga de retirarlo, «como son las plantas terrestres y las algas, también denominadas fanerógamas marinas», analiza la profesora que añade «que cualquier sistema que realice la fotosíntesis es capaz de retirar el CO2 de la atmósfera y origina oxígeno». Es en este punto donde la científica relaciona la importancia de la tala masiva. «La deforestación tiene un gran impacto en el efecto invernadero ya que es un volumen de biomasa de plantas que desaparece y dejan de actuar sobre la atmósfera», subraya.

Cambio en la salinidad

Las corrientes marinas, que «están variando», realizan la función de «tampón terrestre y evita que haya oscilaciones extremas formando un equilibrio», especifica Segovia, al tiempo, que cuenta que, al aumentar la temperatura, el hielo de los polos se funde (este agua es dulce) y cuando se mezcla hay una «disminución de la salinidad y empiezan a cambiar los patrones de circulación oceánica, hecho que provocará otra glaciación».

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