Todo el mundo ha oído hablar del cambio
climático o el efecto invernadero, pero
pocos realmente saben por qué la emisión
de dióxido de carbono (CO2) a la
atmósfera es negativa, o en qué afecta
la tala de árboles al incremento de la
temperatura global.
En este sentido, María Segovia Azcorra,
profesora del Departamento de Ecología
de la Universidad de Málaga (UMA), que
imparte esta tarde una conferencia sobre
este tema, explica que «el cambio
climático ha existido siempre, pero el
problema actual es que la acción del
hombre lo está modificando muy rápido,
estamos creando una de las mayores
catástrofes debido a las emisiones
masivas de dióxido de carbono y la
desaparición de la capa de ozono». Así,
«las especies no están evolucionando ya
que el 50% de las plantas y el 30% de
las animales están en peligro de
extinción, y si una especie no
evoluciona, muere», apostilla.
Formación del clima
En cuanto a la formación del clima, la
científica señala que «existen factores
externos, que no podemos controlar, e
internos, como la actividad del propio
ser humano». Entre los factores
internos, se encuentra la atmósfera, el
océano y la biosfera, «los tres
elementos deben estar interrelacionados
y en equilibrio», explica Segovia quien
hace especial hincapié en que el dióxido
de carbono es bueno para la atmósfera ya
que absorbe la radiación ultravioleta,
«si no hubiera, el planeta estaría
helado y seguramente no habría vida». El
problema llega cuando hay CO2 en exceso,
ya que absorbe más radiación (más
calor), y por lo tanto, la atmósfera
incrementa su temperatura.
Otro factor que se relaciona con el
aumento del dióxido de carbono es la
parte de la biosfera (conjunto de seres
vivos) que se encarga de retirarlo,
«como son las plantas terrestres y las
algas, también denominadas fanerógamas
marinas», analiza la profesora que añade
«que cualquier sistema que realice la
fotosíntesis es capaz de retirar el CO2
de la atmósfera y origina oxígeno». Es
en este punto donde la científica
relaciona la importancia de la tala
masiva. «La deforestación tiene un gran
impacto en el efecto invernadero ya que
es un volumen de biomasa de plantas que
desaparece y dejan de actuar sobre la
atmósfera», subraya.
Cambio en la salinidad
Las corrientes marinas, que «están
variando», realizan la función de
«tampón terrestre y evita que haya
oscilaciones extremas formando un
equilibrio», especifica Segovia, al
tiempo, que cuenta que, al aumentar la
temperatura, el hielo de los polos se
funde (este agua es dulce) y cuando se
mezcla hay una «disminución de la
salinidad y empiezan a cambiar los
patrones de circulación oceánica, hecho
que provocará otra glaciación».