Investigadores de la Universidad de
Almería (UAL), pertenecientes al área de
Tecnología de los Alimentos, están
desarrollando un proyecto con el que
enriquecen el aceite de oliva con
triglicéridos estructurados que
contienen ácidos grasos Omega-3 y
Omega-6, por sus propiedades preventivas
ante múltiples patologías derivadas de
procesos inflamatorios, cáncer o
depresión, entre otros.
En una nota, Andalucía Innova explicó
que los ácidos grasos Omega-3 y Omega-6
son denominados esenciales ya que no son
producidos en cantidades suficientes por
el organismo humano, sino que deben ser
incorporados mediante una adecuada
alimentación.
Según mencionó el investigador
responsable del proyecto, Luis Guil
Guerrero el pescado supone una fuente de
obtención de estos ácidos «no
renovable», por lo que propuso como
alternativa la utilización de los
precursores de dichos ácidos como
complementos alimenticios.
Apuntan a que sus precursores más
eficientes se diferencian de los ácidos
Omega-3 y Omega-6 en el número de
carbonos, ya que presentan cadenas de 18
átomos.
Entre ellos, destacan el ácido
estearidónico y el gamma-linolénico, los
cuales proceden de semillas de algunas
plantas terrestres, como la onagra, la
borraja y las viboreras.