Una web permite
consultar libros del siglo XIX traducidos en
Andalucía
Los nuevos programas consiguen
que la edición electrónica de textos sea «más
limpia y visible»
LAURA. P. TORRES / MÁLAGA
La cultura y patrimonio andaluz ha pasado por
épocas muy difusas, en ocasiones demasiado
oscuras, lo que ha fomentado su dispersión.
Ahora un proyecto de investigación de la
Universidad de Málaga (UMA), trabaja en la
creación de un catálogo de las traducciones
publicadas en Andalucía en el siglo XIX «que
hasta el momento estaba incompleto y disperso en
catálogos distintos», informó el catedrático de
Traducción e Interpretación de la Facultad de
Filosofías y Letras de la UMA, Juan Jesús Zaro
Vera, que lidera el proyecto.
Asimismo, otro de los objetivos es desarrollar
«una edición digital de una decena de
traducciones», comentó Zaro Vera quien añadió
que «primero el libro se digitaliza, más tarde
se le añade una introducción a la traducción o
datos sobre el traductor, y se acompaña el texto
de notas sobre la traducción».
«Tenemos una web donde va a aparecer el catálogo
de todas las obras traducidas en Andalucía en el
XIX, y también los libros que finalmente se
digitalicen», afirmó el catedrático quien
incidió en que «los nuevos programas
informáticos limpian el escaneado de las
fotocopias de los libros, que a veces están
manchadas, y la edición electrónica deja el
texto limpio y visible».
Las traducciones engloban novelas, ensayos,
obras de teatro o religiosas, ensayos
filosóficos o panfletos de ópera. Y los idiomas
traducidos serán cuatro: inglés, francés,
italiano y alemán. «En aquella época no había
derechos de autor, y si llegaba un libro inglés
o francés alguien lo cogía lo traducía y lo
publicaba sin pagarle nada al autor,
distribuyéndose por toda España», subrayó el
responsable del proyecto, al tiempo que destacó
a Málaga, Sevilla y Cádiz como las tres ciudades
en las que más obras se tradujeron, seguidas de
Granada. «El papel que tuvo Cádiz, fue muy
importante, ya que se publicó muchísimo a raíz
de la creación de las Cortes, e incluso algunas
primeras traducciones de libros muy importantes
se hicieron en esta ciudad en el siglo XIX»,
especificó.
Entre las principales dificultades, Zaro Vera
destacó la búsqueda de los libros porque algunas
obras no estaban ni siquiera en Andalucía, «se
trata de recuperar un patrimonio andaluz que
estaba disperso, desperdigado y desordenado
porque hemos traído libros de París y de
Londres, o de la Biblioteca Nacional».
Los traductores, a veces, no figuraban o sólo
escribían sus iniciales. «Hemos confrontado
siglas a ver si encontrábamos a la persona»,
indicó el catedrático que concretó que «esto
solían hacerlo porque no querían que se supiera
su nombre por razones personales, no estaban
contentos con la traducción, o por razones
políticas».
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