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Guerreros a la última
España lidera el desarrollo del combatiente del futuro, cuyo equipamiento se investiga desde Andalucía

SUR
 / MADRID

El combatiente del futuro, que dotará a los soldados del Ejército de equipos más seguros y de última generación fruto de un proyecto de investigación y desarrollo liderado por España, comenzará a actuar en las zonas de operaciones en junio de 2011, según la titular de Defensa, Carme Chacón, que visitó ayer en Granada el Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc) del Ejército. Sobre el 'terreno' conoció la ministra este programa de I+D+i del Ministerio de Defensa, que, desarrollado por un grupo de empresas españolas, arrancó hace diez años y sitúa a España «al mismo nivel que los Ejércitos más avanzados del mundo».

Concebido como un sistema de equipos desarrollados para mejorar la capacidad de localización, detección y supervivencia de los soldados, el equipamiento del denominado combatiente del futuro tendrá un peso máximo de 30 kilos, lo que supone una reducción en seis kilos respecto a la equipación que en la actualidad llevan los soldados españoles en misiones como la de Afganistán.
Aligerar el peso sin afectar a la seguridad de los combatientes es uno de los objetivos de este programa, que ha contado con un presupuesto de 26 millones de euros desde 2006.

Este futuro soldado estará equipado con conexión a través de Internet, enlace inalámbrico con el pelotón, visores para poder actuar de día y de noche, sensores para poder informar del estado de salud del combatiente y un chaleco más ligero y resistente que ofrecerá más protección y seguridad.

Con este prototipo, cuya fase de desarrollo concluirá en noviembre para enviarse en un año a las zonas de operaciones si se cumplen los plazos de producción, España encabeza «los esfuerzos de la Agencia Europea de Armamento para el desarrollo de un combatiente futuro común a todos los países de la Unión Europea», según Carmen Chacón. Para el coronel José Ramos, jefe de la oficina de este programa, la diferencia entre el combatiente de los años cincuenta y el actual es «menor» que la existente entre el soldado actual y el del futuro.
Lo que cambia, ha dicho, es el concepto del combatiente: «Hasta ahora el combatiente era un soldado que portaba un arma, pero a partir de este programa tiene otros cometidos».

La principal ventaja es la protección que aportará al soldado, que en todo momento podrá estar localizado -lo que facilitaría su búsqueda en caso de que causara baja-, informado y comunicado con sus superiores, al portar un sistema de mando y control.

Lograr botas con energía

Durante el desarrollo del programa, que cuida detalles como el diseño de la ropa interior para facilitar la evacuación del sudor, se han abordado aspectos como la posibilidad de que las botas produzcan energía al andar para alimentar los sistemas que porta el soldado, si bien esto último no se ha conseguido de momento.

En su intervención, la ministra argumentó la necesidad de dotar a los ejércitos con estos equipos de última generación en que «las nuevas amenazas, como el terrorismo, los enfrentamientos asimétricos o las armas de destrucción masiva» obligan a replantear «nuestra forma de actuar y los equipos que manejamos».
Tras su visita al Madoc, donde se ha entrevistado con el teniente general Francisco Puentes Zamora, jefe de este mando concebido para proporcionar al Ejército en sus misiones lo necesario desde el punto de vista intelectual y material, la ministra inauguró el Centro Mixto Universidad de Granada-Madoc, con el que se oficializa la relación entre ambas administraciones, que data de 1998.

Se trata de una escuela interuniversitaria de posgrado de la defensa en la que se gestionan programas de doctorado, máster y cursos de asesoramiento que comparten ambas instituciones. El Madoc y la Universidad de Granada han realizado ya 26 proyectos de investigación conjuntos y tienen en curso otros seis.

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