Internet tiene
clase
Los docentes que están conectados
on-line con sus alumnos muestran más motivación,
según concluye un estudio en los centros
andaluces
SUR
/
MÁLAGA
Recibir un correo electrónico del profesor o
llegar a clase sin necesidad de tomar apuntes
porque el profesor usa Internet ha dejado de ser
una idea futurista o de ciencia ficción. El 51,2
por ciento de los profesores universitarios
andaluces que imparten alguna asignatura con
medios on-line, utiliza el formato 'html' o 'pdf'
para la formación de sus alumnos a través de la
red, y un 46,1 por ciento algún otro recurso de
comunicación como foros, chat o correo
electrónico, según las conclusiones de un
estudio realizado por un grupo de investigadores
sobre el uso de las e-learning en las
universidades andaluzas.
Dicho estudio, coordinado por el profesor de la
Hispalense Julio Cabero y en el que han
participado un equipo de docentes de Málaga,
Córdoba, Huelva, Cádiz y la Pablo de Olavide de
Sevilla, ha analizado el estado, la situación y
las buenas prácticas de la formación on-line en
el sistema universitario andaluz, gracias a que
esta propuesta fue considerada como Proyecto de
Excelencia por la Consejería de Economía,
Innovación y Ciencia y que recibió un incentivo
de 36.000 euros.
Según éste, no obstante, los «wikis, los blogs o
los webquest, entre otros, son recursos mucho
menos utilizados -un 75 por ciento manifiesta
que lo hace muy poco-, de lo que se deduce que
aún no se está sacando todo el partido que se
podría sacar a la formación on-line».
Durante unos tres años, según informó Andalucía
Investiga en una nota, los investigadores han
llevado a cabo cuestionarios en red, el análisis
del Campus Andaluz Virtual (CAV), estudio de
casos o el análisis de rendimiento, entre otras
metodologías, con el ánimo de ofrecer una visión
global de la situación.
Así, han trabajado con más de 1.300 profesores y
cerca de 5.700 alumnos de distintas
universidades de la Comunidad Autónoma para
poder elaborar esta evaluación y ya han
publicado los resultados en publicaciones
especializadas como Edutec, Comunicar o en la
revista on-line 'Teoría de la Educación:
Educación y Cultura en la Sociedad de la
Información'.
Las investigación destaca el «enorme esfuerzo
por parte de las instituciones universitarias
por implantar las nuevas tecnologías, poniendo a
disposición de los profesores un buen entorno, o
ampliando la tecnología WIFI en los campus». De
hecho, en todas hay Vicerrectorados dedicados a
la implantación de las Tecnologías de la
Información y de manera particular a la
formación virtual, Secretariados o centros
específicos, así como presupuestos concretos e
inversiones constantes para facilitar el acceso
a las nuevas tecnologías en la Universidad.
Además, los profesores que se aventuran en estas
opciones educativas están «muy motivados» y
cuentan con planes de formación del profesorado,
sobre todo, en los aspectos técnicos, así como
algún tipo de apoyo para el manejo de estos
nuevos instrumentos como los Centros de apoyo al
profesorado, «iniciativa pionera en España y a
la que miran otras universidades españolas».
También formar a alumnos
Sin embargo, tras la evaluación realizada,
habría varios aspectos en los que se podría
incidir. Desde el punto de vista de los agentes
consultados, «falta afinar en la formación
combinando la capacitación en aspectos
tecnológicos (muy trabajados hoy) con los
didácticos (para qué se pueden utilizar todos
estos nuevos medios)». También habría que «tener
en cuenta la formación del alumnado en el uso de
estas herramientas, que a veces se da por
supuesto y no siempre saben utilizar».
«Faltan jornadas, eventos que difundan las
buenas ideas en este campo o premios que motiven
la iniciativa original», aseguró Cabero, «ya
que, según los profesores consultados exige
mucho más esfuerzo de preparación de clases y
atención constante del alumnado».
No existen tampoco referentes de buenas
prácticas en el uso de los recursos on-line para
la enseñanza universitaria que orienten a los
profesores. Por eso, entre los objetivos a medio
plazo de los investigadores, está la elaboración
de un Catálogo de Buenas Prácticas que serviría
para dar pistas al profesorado que empieza con
este tipo de formación.
Con todo, a través de este proyecto se ha podido
elaborar un perfil de profesor que opta por la
tecnología para la enseñanza. Así, el estudio
revela que la mayoría de los que se decantan por
esta opción lo hacen con una sola asignatura
(45%). Eso sí, «se trata de un docente altamente
motivado en la enseñanza, que considera que las
nuevas tecnologías son una herramienta para
llevar acabo el proceso educativo, y es
totalmente innovador; le gustan los retos que le
puede plantear el estudiante». |
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