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Un profesor de música con alma de juguete
Un equipo de la UMA usa tecnología punta y piezas de Lego para crear un robot que enseña solfeo. El dispositivo está diseñado para facilitar la formación musical de niños y adultos sin conocimientos previos

 M. CARMEN ESPAÑA. EFE/ MÁLAGA

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Andrés Ortiz, Ana María Barbancho y Francisco Lobo, con el robot. / EFE

Un sistema compuesto por un robot conectado a dos sensores de sonido enseña a entonar las notas musicales con la voz o al piano y a seguir el compás de una partitura mediante palmadas o pequeños golpes en la mesa, a fin de acercar la música a niños o adultos sin conocimientos de solfeo.

No es ciencia ficción si no realidad. Las partituras no tienen secretos para este dispositivo presentado ayer por la profesora del departamento de Ingeniería de las Comunicaciones de la Universidad de Málaga, Ana María Barbancho, una de las creadoras de este peculiar profesor de música llamado ‘Solfabot’ y desarrollado a partir de un robot comercial de Lego formado por piezas de plástico y una pantalla.

Para dotarlo de conocimientos musicales, se le ha instalado una aplicación informática y un sensor inteligente de notas, ambos desarrollados por el alumno de Ingeniería de Telecomunicación Francisco Jesús Lobo, bajo la dirección de los doctores Ana María e Isabel Barbancho y Andrés Ortiz.
Este nuevo sensor, cuya patente se encuentra en fase de tramitación, supone una «innovación dentro del campo de la robótica», ya que los sensores comerciales sólo detectan la presencia de sonido y no son capaces de extraer las notas musicales de él, mientras que éste sí lo puede hacer, ha indicado Lobo.
En cuanto a la aplicación informática integrada en este pequeño robot de no más de quince centímetros de altura, cuyos ojos son sensores y uno de sus brazos un micrófono, ofrece tres juegos que permiten «seguir las melodías» y «aprender ritmos fáciles de una forma entretenida», según las explicaciones ofrecidas por Ana María Barbancho.

Una cara sonriente o triste
En el ejercicio de entonación, el robot emite el sonido de una nota musical para que el usuario la reproduzca mediante la voz o el piano y acto seguido le indica si lo ha hecho bien o mal mostrando en la pantalla una cara sonriente o triste, respectivamente.
El mismo resultado positivo o negativo se puede obtener en el juego rítmico, donde este simpático músico muestra una partitura sencilla cuyo ritmo debe ser seguido por el alumno con palmadas o golpes sobre la mesa.
Por su parte, en la actividad de dictado musical el objetivo es inverso al anterior, ya que el robot reproduce una serie de notas que deben identificarse y plasmarse en un papel para luego compararlas con la solución que facilita el dispositivo en la pantalla.

Estas aplicaciones –manifiesta Barbancho– se diferencian de videojuegos de karaoke del tipo ‘Sing Star’ al estar orientadas al «aprendizaje serio del solfeo, las notas musicales y el ritmo» y no sólo a «entretener a través del seguimiento de melodías».

El sistema ‘Solfabot’ ha sido desarrollado dentro del proyecto ‘Técnicas avanzadas de procesado de audio digital aplicadas a la enseñanza musical mediante robots’, financiado tanto por el Ministerio de Educación y Ciencia como por la Junta de Andalucía.

Este grupo de investigación de la Universidad de Málaga trabaja también en el desarrollo de técnicas digitales de transcripción de música polifónica y de reconocimiento de partituras para servicios multimedia, así como en sistemas de reconocimiento óptico de partituras musicales antiguas con finalidad didáctica.

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