Matemáticas para
salvar bosques
Investigadores andaluces crean
una herramienta para diagnosticar la
recuperación vegetal tras un incendio
SUR /
JAÉN
Las matemáticas salen al rescate de la
naturaleza. Científicos de la Universidad de
Jaén (UJA) del grupo de investigación 'Ecología,
Evolución y Conservación de la vegetación
mediterránea', dirigidos por Julio Manuel
Alcántara Gámez, están desarrollando una
herramienta matemática que permite realizar un
diagnóstico del estado de recuperación de la
vegetación después de sufrir un incendio.
Cuando el fuego arrasa un bosque, no todo el
monte se ve afectado por igual, de modo que en
algunos casos queda totalmente destruido y en
otros sólo dañado. Aunque la vegetación
mediterránea es capaz de recuperarse por sí
misma tras ser pasto de las llamas, esta
capacidad depende de su estado de conservación
antes del incendio y del uso posterior del
terreno (sacas de madera, reforestaciones o
pastoreo).
Teoría de redes
Por ello, según informa la UJA, los
investigadores tratan de conseguir determinar de
una forma lo más sencilla posible si la
vegetación afectada por un incendio tiene
capacidad de recuperarse por sí sola o si esa
recuperación no es factible y tiene que ser
asistida por técnicas de plantación. Con este
objetivo, están utilizando una aproximación
matemática conocida como teoría de redes, con la
que se puede estudiar las llamadas redes de
facilitación de la vegetación mediterránea.
En torno a la mitad de las especies de árboles y
arbustos mediterráneos necesitan utilizar
plantas nodriza para sobrevivir durante su
juventud. «La dureza del verano mediterráneo
hace que para que una joven planta de estas
especies nacida en la primavera sobreviva, sea
necesario que se refugie en lugares que no
tengan mucho sol y que mantengan una cierta
humedad; este es el papel de las plantas
nodrizas, papel que en un bosque mediterráneo es
desempeñado por algunas de las especies que
componen el matorral, como el romero, las jaras
o la lavanda, entre otras, ya que este tipo de
planta puede crecer al sol y al mismo tiempo
puede dar cobijo a plantas jóvenes de otras
especies», explica Alcántara Gámez.
Teniendo en cuenta esta premisa, los
investigadores de la UJA han obtenido
información sobre una serie de redes de
facilitación, que después han transformado
matemáticamente en una matriz que proporciona la
dinámica del bosque y por tanto la vegetación
que es imprescindible en su recuperación. La
toma de datos en el campo es simple, así que una
vez existe la herramienta, sería fácil y rápido,
después de un incendio, tomar datos y aplicar
esta forma de modelación que permitirá saber si
el bosque mediterráneo se regenerará o no.
El escenario de la investigación ha sido la
Sierra de Cazorla, en una primera fase, y la
Sierra Sur de Jaén, en la segunda. «En el caso
de Cazorla, hemos demostrado que la vegetación
de lugares que ardieron hace 30 años sigue sin
poder regenerarse por sí sola debido a las
labores de pastoreo de la zona, mientras que
donde no ha existido pastoreo, la vegetación se
está recuperando», precisó. |
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